Ignacio Avila
En el medio periodístico todo mundo lo sabe. Nadie se atreve a decirlo públicamente. Hay “periodistas” que cobran grandes cantidades de dinero por publicar o no, determinada información. Hay quienes se valen de sus puestos directivos en los medios de comunicación o bien de un espacio como una columna. Tal es el caso de Armando Acosta Díaz de León editor en jefe del tabloide San Luis Hoy, propiedad del empresario y político, Pablo Valladares García.
De éste sujeto hay una infinidad de historias en el medio político y periodístico local. Que si cobra en determinada dependencia por no golpear a su director. Que si por sus influencias con fulanito o zutanito tiene gente trabajando en el gobierno. Que si cobra una iguala mensual en tal Ayuntamiento por no tocar en su columna denominada “Bitácora” a su Presidente Municipal. En fin, decires hay muchos sobre tal personaje, pero fue apenas hace unos días en que fue acusado públicamente por el hoy ex vocero de la Secretaría de Seguridad Pública.
Fue el reportero, Omar Niño quien afirmó que éste sujeto le exigió 35 mil pesos mensuales por no atacar a su jefe, el Secretario de Seguridad, General Heliodoro Guerrero, ante ello el vocero de la Secretaria de Seguridad Pública, optó por hacer del conocimiento del Director de Comunicación Social de Gobierno del Estado, Juan Antonio Hernández Varela, la exigencia de Armando Acosta.
El jefe de prensa del Gobernador, Fernando Toranzo Fernández le dijo a Omar Niño, que por su bien y por el de su Jefe el General Heliodoro Guerrero, debería de darle la cantidad solicitada al editor en jefe del San Luis Hoy a fin de evitarse problemas y mantener su trabajo, respuesta que desconcertó a Niño, quien no supo que hacer y dejo así el asunto.
Unos días después, Omar Niño fue “levantado” y golpeado al salir de un bar llamado AM que se encuentra en la colonia Lomas, en cuyos alrededores el funcionario fue perseguido por sujetos desconocidos que al darle alcance lo bajaron de su vehículo y lo vapulearon para enseguida encajuelarlo en su propio auto, de donde como pudo logró comunicarse con su jefe, Heliodoro Guerrero a quien le contó su situación.
Enseguida Omar Niño pudo salir de la cajuela de su automóvil y corrió a ponerse a salvo de sus agresores, manteniéndose escondido entre los matorrales de un terreno baldío, hasta que pudo ser interceptado por policías que habían desplegado un operativo ante la llamada de auxilio que hiciera a su jefe.
Prácticamente al mismo tiempo en que se dieran a conocer estos hechos, Armando Acosta inició una campaña en contra de Omar Niño, a quien en su columna “Bitácora” exhibió como borracho y dijo que habría inventado el “levantón” al punto ebrio y para justificar la golpiza que le propinaron en la madrugada al salir del antro AM, donde se encontraba con equipo de radiocomunicación y un vehículo propiedad de la Secretaría de Seguridad.
Además, se publicó que ante las inconsistencias en los dichos de Omar Niños sobre el “levantón” sufrido y al encontrarse en estado de ebriedad, había sido cesado por órdenes del Gobernador Fernando Toranzo unas horas después de los hechos, lo cual luego fue desmentido por el General Heliodoro Guerrero, quien informó que la agresión que sufrió su vocero era investigada y que posteriormente se informaría que era lo que procedería en el asunto.
Pasaron los días y la andanada de críticas por parte de Armando Acosta a través del diario San Luis Hoy continuó, hasta que un golpeado Omar Niño apareció y en una rueda de prensa dio a conocer como fue golpeado y sus sospechas de que tal asunto pudiera tener su raíz en la negativa de entregarle 35 mil pesos al editor en jefe de dicho tabloide propiedad de Pablo Valladares.
Omar Niño dijo tener miedo de lo que pudiera pasarle a él y a su familia, y responsabilizó a Armando Acosta Díaz de León y a Juan Antonio Hernández Varela de lo que pueda pasarle en un futuro, pues aunque dijo no tener pruebas de que ellos lo mandaron “levantar” si tiene sospechas de que algo habrían tenido que ver.
Curiosamente Armando Acosta no volvió a tocar el tema en su columna “Bitácora” luego de las acusaciones de Omar Niño, quien al mismo tiempo era despedido de su cargo como jefe de prensa en la Secretaría de Seguridad Pública.