Por Eduardo José Alvarado Isunza
Una furiosa campaña mediática de desprestigio en contra del gobierno encabezado por Fernando Toranzo Fernández comenzó a ser disparada por grupos integrados por personas desconocidas a escasos siete meses de asumir el cargo.
A través de cadenas de correos electrónicos se hicieron circular más de 30 fotografías que muestran a tres policías federales asesinados en una carretera, entre ellos una mujer con un disparo en la cabeza, bajo la descripción: “En San Luis Potosí también sopla el aire... y fuerte”.
Estas fotografías iban acompañadas con una breve descripción, en donde se aseguraba que la ejecución de los policías había sucedido a fines de marzo en la salida de San Luis Potosí hacia la ciudad de México, a pocos metros del Ceprereso de La Pila. Esto decía exactamente el correo electrónico:
“Emboscada a Policias Federales afuera de San Luis Potosí. Las fotos están fuertes... Esto sucedió adelante del Cereso de San Luis Potosí ... Los compañeros peritos enviaron las fotos, con la finalidad de extremar precauciones, se escucha que la inseguridad en las calles cada día será peor... hasta donde nos sea posible cuidémonos. Al parecer se van a poner peor las cosas… Y claro, de esto ¡¡¡NO SALE NADA EN LAS NOTICIAS!!!”.
Sin embargo, expertos en semiología policiaca inmediatamente descubrieron que el asesinato de esos policías federales no sucedió en San Luis Potosí. Por las características de las patrullas y de los agentes estatales, así como de las ambulancias que podían verse en el escenario de los hechos, supieron que aquella masacre había ocurrido en el Estado de México. Alguien más propuso a La Laguna como el sitio del suceso.
Debido a la impopularidad de que son víctimas los actores políticos de todas las divisas en esta región, a consecuencia de su falta de ética, de valor para ajustar sus propios actos y los de sus subalternos a las leyes, así como a la escasa base de apoyo social de Fernando Toranzo Fernández, infinidad de usuarios de la red de distintos sectores, profesiones y características intelectuales se dieron a la tarea de retransmitir el mensaje.
Otro ingrediente que alimentó esta cooperación inmediata con la guerra propagandística lanzada contra el gobierno de Toranzo Fernández fue la propia política de desinformación o de franco desdén con que su régimen ha tratado el asunto de la operación de grupos mafiosos en nuestro territorio.
Por ejemplo, en las últimas semanas se habló del asesinato del conocido abogado Juan Manuel Willie Guzmán, del levantón del propio jefe policiaco Ceballos Galindo y de la destrucción de una camioneta con tecnología de punta en la que se trasladaba, del clima de terror en que vive Ciudad Valles y del éxodo de ganaderos y cañeros ricos de aquella zona, del asalto armado a las instalaciones del periódico Pulso, etc.
Sería difícil calcular el número de personas que sirvieron ingenua o malintencionadamente a los propósitos del grupo de individuos que fraguó y dirigió esta acción mediática en contra del gobierno de Toranzo Fernández, quienes se beneficiaron así de la enorme indignación de las y de los ciudadanos de esta entidad federativa por la operación de organizaciones mafiosas en su territorio, bajo protección, incapacidad y cobardía del anterior gobernador panista Marcelo de los Santos Fraga.
Es seguro que fueron varias decenas de miles de usuarios de correos electrónicos quienes se dieron a la tarea de retransmitir ese mensaje, acompañado con las fotografías de los policías federales masacrados en sus propias patrullas. Entre quienes dieron por cierto ese hecho figuraron el propio notario Eduardo Martínez Benavente y varios periodistas.
Este acontecimiento vino a sumarse a las versiones que han comenzado a circular profusa y simultáneamente en la entidad potosina, según las cuales Toranzo Fernández padecería de un cáncer que le impide concentrarse en sus funciones de mandatario y, por lo mismo, pediría licencia justo en el momento en que ya sea imposible convocar a nuevas elecciones constitucionales para ceder su espacio a un sucesor.
¿Quiénes podrían estar interesados en lanzar una ofensiva mediática para desestabilizar al gobierno encabezado por un médico que parece carecer de oficio y sensatez política e integrado por personajes agotados físicamente y rebasados intelectualmente por los acontecimientos?
Hay quienes dicen que deben evitarse respuestas sencillas a los problemas planteados. Sin embargo, quien escribe opta por una lógica diferente: los más grandes problemas tienen respuestas sencillas. En este caso, habría que mirar hacia el propio escenario político para descubrir entre sus actores a aquellos que podrían estar interesados en desestabilizar al gobierno de Toranzo Fernández.
Sería difícil creer que los ex gobernadores priístas podrían estar interesados en desprestigiar al actual mandatario, porque todos quienes viven se han beneficiado con posiciones para sus protegidos en su administración. Estos son principalmente: Guillermo Fonseca Álvarez, Fausto Zapata, Horacio Sánchez y Fernando Silva. Tampoco han quedado desahuciados Florencio Salazar y Teófilo Torres, a pesar del pobre capital político de ambos y de su escasa trascendencia.
Quien, en todo caso, tendría motivos para concentrar una pequeña parte de sus energías y de sus recursos en lanzar obuses mediáticos en contra de Toranzo Fernández es paradójicamente el propio ex gobernador Marcelo de los Santos Fraga. Paradójicamente porque fue quien invirtió capital financiero y político en dejarle la silla simbólica del poder.
¿Por qué De los Santos Fraga estaría interesado en desestabilizar a quien sentó en la gubernatura? Quizás porque no le ha cumplido alguna parte del acuerdo o porque ha tratado de obtener independencia con respecto a su antecesor, obedeciendo las voces de personajes políticos de mediana estatura que han medrado del poder por décadas. Quizás porque Toranzo Fernández o sus subalternos amagan con meter algún funcionario marcelista a la cárcel.
Por eso, con unos cuantos golpes mediáticos De los Santos estaría haciendo cimbrar los frágiles soportes en donde está parado el gobierno de Toranzo Fernández.
Curiosamente, Juan Antonio Hernández Varela, responsable de la acción propagandística de este régimen, en vez de plantear un contrataque o una serie de operaciones para neutralizar la guerra mediática que desestabiliza al gobierno para el que sirve, está concentrado en escribir artículos rosas para un periódico y una novela sobre una inundación que sufrió la ciudad en la década de los 40s.
Por su pobreza imaginativa en eso se ha empeñado en los últimos 30 años de su vida y con el generoso sueldo que le paga el miserable pueblo potosino seguirá en la misma tarea en los siguientes 5 que restan al gobierno de Toranzo Fernández…
Si es que concluye su sexenio, pues la guerra parece declarada y cada vez son más quienes desean un sustituto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario